martes, julio 05, 2005

9.Cuidado con los comentarios

Jordi Juste para Nipoweb
El profesor de español en Japón tiene que tener un gran cuidado con las cosas que dice en el aula y asegurarse de que han sido entendidas correctamente. La ironía, el sarcasmo, o cualquier forma de humor que permita interpretaciones ambiguas son terrenos pantanosos.
Un ejemplo
En el transcurso de una clase, una alumna utilizó la expresión "los eta". Creo recordar que dijo algo así como que había visto en el periódico "una noticia sobre los eta". Como yo estaba hablando sobre la sociedad española, podía deducir que lo que quería decir era que había visto una noticia "sobre ETA" o sobre "los de la ETA".
El caso es que la palabra eta (impuro) se utilizó en Japón durante siglos para referirse a los miembros de un grupo social racialmente idéntico al resto de japoneses pero segregado, por dedicarse a ocupaciones consideradas sucias (tanto física como espiritualmente), tales como el curtido de pieles de animales o el trato de cadáveres humanos. Desde el inicio de la época Meiji (1868) la segregación fue declarada ilegal y se les pasó a llamar burakumin (gente de las aldeas especiales), aunque se mantuvo la discriminación de hecho hasta nuestros días. Es un problema muy interesante del que me gustaría escribir más extensamente en otro apartado de Nipoweb.
El caso es que la expresión “los eta”, en Japón necesita una aclaración por parte del profesor de español. Pues bien, yo me limité a decir: “los eta de Japón no, ¿verdad? La ETA, o los de la ETA, ¿vale?”. La alumna asintió y se quedó satisfecha con mi corrección, pero una compañera suya me escribió que yo era o bien un inconsciente o bien un desalmado que no merecía el privilegio de estar dando clases en Japón. ¿Acaso no sabía yo el sufrimiento que había causado esa expresión?
Clase especial
Me considero una persona totalmente contraria a todo tipo de discriminaciones injustas, así que me hirió profundamente el comentario y preparé una clase especial para explicar que en español también existían expresiones peyorativas como “judiada” o “gitanada” y que la expresión eta había sido usada, entre otros, por el célebre burakumin Toson Shimazaki en su novela El precepto roto, en 1906. Añadí que me parecía que no debía ser usada en forma insultante pero que nada impedía su análisis en una clase en la universidad. Todos los alumnos menos la chica que me había escrito quedaron satisfechos de las explicaciones e incluso hicieron preguntas. Ella, en cambio, me remachó “¿Por qué tienes que volver a decirlo? ¿No tuviste suficiente con una vez?”
Esta es una anécdota que sólo me afectó a mí, pero muchos compañeros míos podrían relatar otras que ilustran la preferencia de algunos japoneses por solucionar un problema conviertiéndolo en no existente y nos recuerdan el riesgo a ser malinterpretados a que estamos expuestos los que pasamos gran parte de nuestra jornada hablando en público a personas con sensibilidades muy diversas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Estamos llegando a tal grado de empobrecimiento de la mente y del lenguaje, que cualquier comunicación que se salga de lo literal será casi con toda seguridad malinterpretada.

Hoy día la ironía,el matiz, y otras formas de usar el lenguaje que no sean la literalidad como se saquen de un ambiente en el que sabes quevan a ser entendidas acabaran provocándote un problema o bien te encontrarás con que nadie entiende lo que quieres decir aunque hables el mismo idioma, así que ni decir tiene la que se puede armar con alguien que no es su idioma nativo.

Anónimo dijo...

Para mí que el tema de los burakumin a esa chica le tocaba de cerca, que digamos.

Y sí, en Japón hay mucha tendecia a meter la cabeza bajo el ala, cuando hay un problema, y esperar que el problema se haya esfumado con el tiempo. De hecho, es la actitud por defecto en todo lo que es sociedad: mafias, prostitución, acoso sexual, acoso laboral, etc. La falta de regulaciones serias en algunos de estos aspectos tampoco ayuda.

Por cierto, los japoneses no entienden la ironía. Es la conclusión a la que he llegado viviendo allí. Tampoco entienden los chistes, en el sentido del "va uno y..."; mucha gente se piensa que les hablas de alguien de verdad, y se te quedan en plan "bueno, y qué?". Empiristas totales, vamos.

Anónimo dijo...

Cierto, es complicado el asunto. En el tiempo que trabajé en Nova, muchos profesores eran sancionados por gastar bromas en sus clases, bromas que a nosotros nos podrían parecer inocentes, pero que para muchos japoneses pueden ser consideradas como auténticas ofensas.

Y sí, en todo momento la política general de los japonesas ante los problemas de su sociedad es volver la espalda y escurrir el bulto, de tal manera que para muchos japoneses su sociedad es perfecta y no hay ni prostitución, ni yakuza, ni paro, ni siquiera manifestaciones (un alumno se empeñó en hacerme creer que en Japón las manifestaciones están prohibidas lo que, para él, era algo maravilloso).

Jordi Juste dijo...

Bueno, pero ahora tampoco caigáis en el error de tomar el rábano por las hojas.
Los japoneses sí entienden la ironía y sí tienen formas de humor en las que se cuentan "chistes", pero normalmente lo hacen profesionales, no existe la costumbre de contarse chistes (en el sentido de historietas) entre amigos, pero el "rakugo" es un buen ejemplo de que sí se cuentan historias en clave de humor. Hoy un alumno bastante pinta me ha venido a decir, "profe, ¿verdad que en la foto que le di estoy muy distinto de ahora?", y yo le he dicho "en lo de torcido sigues igual (en la foto salía de lado)" y el tío (y su amigo más) se partía de risa.
Lo que pasa es que el humor es uno de los aspectos más difíciles de traducir de una cultura. Se cuentan casos de chistes que dan risa a los ingleses y no a los estadounidenses y viceversa.
En cuanto a que si un alumno decía que en Japón no hay esto o lo otro, pues me viene a la cabeza una discusión con un compatriota en la Universidad de Arizona porque él decía que en España no había racismo.
Dicho lo cual, lo cierto es que en Japón casi no hay manifestaciones, pero eso tiene explicaciones de carácter sociológico e histórico suficientemente documentadas y que no creo que sea necesario repetir en una página sobre el ELE.
Gracias por enriquecer este blog.
JJ

Anónimo dijo...

Hay pocas manifestaciones en Japón, sí, pero lo que este chico me decía es que estaban PROHIBIDAS.

Anónimo dijo...
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